martes, 20 de abril de 2010
Valpo de mil colores
Estar en Valparaiso es un gusto visual. Sus calles, portones, entradas, tiendas, miradores, recobecos, todo merece una foto.
Lo antiguo se mezcla con lo moderno, lo lúgubre con lo estilizado. Arruinados ascensores te elevan a un verdadero museo de cielo abierto, más allá del que ya posee la ciudad.
Sus angostas calles te recuerdan a los coleccionistas con mis miles de posesiones puestas una sobre la otra, y es que así parece Valpo, la obra de un compulsivo coleccionista: uno de recuerdos, de nostalgias, del paso del tiempo, del salitre sobre la madera, de los desbarrancos, de la urbe clásica en el tiempo de lo moderno.
Del graffiti y el azul intenso, de gigantes grúas y oxidados buses.
Así es Valpo, un cajón en donde puedes encontrar lo que nunca se te perdió.
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